Surcoreanos detenidos en la redada migratoria de EEUU denuncian maltrato

Seúl (EFE).- Hacinados en celdas insalubres, encadenados de pies y manos y objeto de burlas, los trabajadores surcoreanos detenidos en la redada migratoria en Georgia (EE.UU.) han comenzado a dar testimonio de su amarga travesía, en medio del compromiso de Seúl de revisar si se produjeron violaciones de derechos humanos.

«Ni siquiera sabía que estaba siendo arrestado; pensé que era un simple control de identidad, pero me obligaron a firmar un documento», dijo un empleado de un subcontratista de LG identificado como Seo, en declaraciones publicadas el lunes por le medio local Hankyoreh.

Los testimonios se producen tras la redada del 4 de septiembre, cuando más de 300 trabajadores surcoreanos fueron detenidos en un sitio de construcción de la planta de baterías conjunta de Hyundai Motor y LG Energy Solution en el estado de Georgia. La mayoría eran empleados de LG o subcontratistas.

Irregularidades en el proceso y falta de higiene

«Entregamos los documentos pensando que nos liberarían después de rellenarlos», dijo un trabajador que logró documentar la experiencia tomando a escondidas el bolígrafo y el papel que le proporcionaron para el papeleo, en su registro publicado el fin de semana por la agencia local de noticias Yonhap.

En los testimonios describen como fueron esposados de pies y manos, en algunos casos con cadenas y en otros con bridas plásticas, sin recibir explicaciones claras ni la lectura de sus derechos. También afirman que firmaron documentos sin comprender su contenido, en un ambiente intimidante, mientras agentes de inmigración portaban armas.

Las condiciones en el centro de detención fueron descritas como insalubres y sobrepobladas. Hasta 72 personas fueron confinadas en un mismo espacio con literas con moho, apenas cuatro retretes y dos urinarios, según el registro del trabajador publicado por Yonhap.

«En lo relativo a necesidades fisiológicas, especialmente la menstruación, no había ninguna garantía de derechos humanos. Era imposible hacerlo en un baño completamente abierto», dijo una trabajadora de una empresa subcontratista identificada como Jo Yeong-hui, de 44 años de edad, a Hankyoreh.

Burlas y malos tratos

«Había una araña muerta (en el retrete). Cuando pedimos que lo limpiaran y cambiaran el agua, uno de los guardias bromeó diciendo: ‘¿No se convertirán en Spider-Man si la beben?’», dijo un trabajador el lunes a la emisora local MBC Radio.

En el registro del trabajador hay un episodio en que los agentes estadounidenses, al conocer que el detenido era de Corea del Sur, comenzaron a hacer comentarios con tono de burla sobre «Corea del Norte» y el «Rocket Man» (Hombre Cohete), el apodo que el presidente de EE.UU. Donald Trump puso al líder norcoreano Kim Jong-un.

La familia de un trabajador de 48 años dijo que el detenido se encontraba en una situación de detención inhumana sin saber qué había hecho mal, y el hecho de que nadie se disculpara le pesó profundamente, según Hankyoreh.

Compromiso de Seúl

Estos relatos han incrementado la presión sobre el Gobierno surcoreano en un caso que, además de tensar las relaciones con Washington, ha generado un fuerte debate interno sobre la protección de los derechos de sus trabajadores en el extranjero.

El Gobierno de Corea del Sur dijo el lunes que, junto con las empresas correspondientes, se está investigando de manera «más exhaustiva» si produjeron violaciones de derechos humanos contra los detenidos.