El Gobierno de Estados Unidos, a través de su Departamento de Agricultura (USDA), decidió mantener cerrada la frontera al ganado mexicano tras la detección de nuevos casos de gusano barrenador, confirmó el senador por Chihuahua, Mario Vázquez. El legislador panista advirtió que esta determinación representa un fuerte golpe para los productores chihuahuenses, ya que el estado es el principal exportador de reses en pie, con envíos que superan las 300 mil cabezas de ganado al año, e incluso han alcanzado el medio millón.
Vázquez responsabilizó a la “falta de controles y la inacción federal” por no contener la plaga, señalando que los ganaderos de Chihuahua “no pueden seguir pagando los errores de otros”. Como alternativa, propuso regionalizar la sanidad animal para que los estados con buen estatus sanitario —como Chihuahua— puedan mantener abiertas sus exportaciones, pese a los brotes registrados en otras entidades del país.
El problema se agudizó tras confirmarse un caso de gusano barrenador en una becerra proveniente del sur de México, localizada en un corral de engorda en Sabinas Hidalgo, Nuevo León, a poco más de 100 kilómetros de la frontera. La reacción en Washington fue inmediata: el USDA declaró que la defensa de su industria ganadera será un asunto de seguridad nacional, dejando claro que blindará su frontera y otorgará estímulos a sus productores, lo que genera incertidumbre y preocupación entre los ganaderos del norte de México, quienes temen un impacto devastador en la economía regional.