Nueva York (EFE).- El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, en inglés) indicó este viernes que planea expulsar al salvadoreño Kilmar Ábrego García a Liberia, en África.
El DHS apunta en un documento presentado a la juez Paula Xinis, que supervisa el caso de inmigración de Ábrego García en Maryland, que la República de Liberia aceptó acoger al salvadoreño.
Según el documento, el Gobierno espera llevar a cabo la expulsión a partir del 31 de octubre.
El departamento asegura que Liberia es «una democracia próspera y uno de los socios más cercanos de EE.UU. en el continente africano», cuyo idioma nacional es el inglés y que está «comprometida con el trato humano de los refugiados».

Además, afirma haber recibido «garantías diplomáticas» sobre el trato que recibirán las personas de terceros países trasladadas a Liberia desde Estados Unidos, y dijo estar ultimando los trámites para expulsar al hombre, que ha demandado al Gobierno de EE.UU.
El Gobierno de EE.UU. ya ha planteado con anterioridad la expulsión del salvadoreño a otros países como Ghana, que sin embargo la rechazó a principios de este mes.
Los intentos de deportación
Ábrego García, que huyó a EE.UU. hace más de una década tras recibir amenazas de pandillas en su país natal y fue deportado erróneamente en marzo pasado, se ha convertido en uno de los rostros más visibles de la lucha contra las políticas migratorias del presidente estadounidense, Donald Trump.
El salvadoreño pasó varios meses detenido en la cárcel de máxima seguridad Cecot en El Salvador, tras ser deportado por un «error administrativo», pese a que un juez de inmigración le permitió quedarse en EE.UU. porque corría peligro.
Tras una ardua batalla legal, la Administración Trump lo trajo de vuelta a territorio estadounidense, donde lo arrestaron nuevamente e imputaron delitos de tráfico de inmigrantes en Tennesee.
Actualmente permanece bajo custodia en Pensilvania y la juez ha suspendido de momento su deportación.
El abogado de Ábrego García, Simon Sandoval-Moshenberg, indicó hoy a ABC News que Costa Rica, que ha aceptado acoger a su cliente, «sigue siendo una opción viable y legal», y cuestionó que las autoridades de inmigración quieran deportarlo a «un país con el que no tiene ninguna conexión y que está a miles de kilómetros de su familia y su hogar en Maryland».