CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Luego de la investigación del gobierno de Estados Unidos que señala corrupción entre funcionarios de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, la presidenta Claudia Sheinbaum exhibió que no tienen información al respecto, por lo que la acaba de solicitar.
“Nosotros vamos a pedirle información a Pemex porque presuntamente dicen que hubo algo en el periodo 2021. Entonces, evidentemente, tenemos que buscar la información para ver si es que hubo algún contrato relacionado con estas personas”.
Durante la reunión de gabinete de seguridad, la mandataria federal pidió a la Fiscalía General de la República (FGR) que también solicite la información a Estados Unidos.
También pidió indagar cuál sería el acto de corrupción “y después, tanto a la Función Pública como la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno y a la Fiscalía le pediríamos que pudiera investigar en caso de que hubiera habido estos contratos”.
Consideró que “vale la pena hablar del empresario prófugo, porque es militante del PAN, para empezar, porque fue candidato al gobierno de Campeche por el PAN. Trabajó en Pemex, fue acusado en su momento por otros casos de corrupción y esta persona es la que hoy está prófuga y buscada por el gobierno de los Estados Unidos”.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobierno de Estados Unidos imputó a dos empresarios por pagar al menos 150 mil dólares de sobornos a tres funcionarios de Pemex durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, cuando la petrolera estaba a cargo de Octavio Romero Oropeza, ahora a cargo del Infonavit.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, la Corte de Distrito de Texas imputó a Ramón Alexandro Rovirosa Martínez –un empresario al que la justicia estadunidense identifica por sus vínculos con cárteles mexicanos– y Mario Alberto Ávila Lizárraga de haber entregado productos de Louis Vuitton y Hublot, así como “pagos en efectivo” a por lo menos tres funcionarios de Pemex y de Pemex Exploración y Producción (PEP) entre 2019 y 2021, lo que les permitió recibir contratos públicos de al menos 2.5 millones de dólares.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos no reveló los nombres de los tres altos funcionarios de Pemex que recibieron los presuntos sobornos; en un comunicado publicado en la tarde de este lunes 11, la dependencia indicó que los dos imputados fueron acusados de delitos que entran bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés), por los cuales podrían pasar hasta cinco años en la cárcel.
Originario de Villahermosa, en Tabasco, Ramón Alexandro Rovirosa Martínez es dueño de varias empresas dedicadas al sector petrolero –incluyendo su grupo Roma Energy– y a la construcción, constituidas en Tabasco, y varias de ellas participaron en licitaciones de Pemex. Según el Departamento de Justicia, los pagos de sobornos estuvieron relacionados con contratos entregados a sus empresas; la institución informó que el empresario fue detenido hoy.
Mario Alberto Ávila, por su parte, es un personaje del panismo de la primera década de los años 2000; delegado de la Secretaría de Desarrollo Social en Campeche, y cercano a Juan Camilo Mouriño –el secretario de Gobernación de Felipe Calderón Hinojosa, quien falleció en la caída de su helicóptero en 2008–, el político compitió por la gubernatura de Campeche por el PAN en 2009.
Ávila fungió como subdirector de Mantenimiento y Logística en PEP durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, y fue inhabilitado en 2015 por irregularidades en torno al caso de corrupción de Oceanografía. Según la extinta Secretaría de la Función Pública (SFP), Ávila firmó a destiempo una adenda a favor de la empresa petrolera e incurrió en conflictos de interés al utilizar el avión de la empresa, a la que firmó contratos millonarios. Según el Departamento de Justicia, Ávila tiene residencia permanente en Estados Unidos pero “está prófugo”.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobierno de Estados Unidos imputó a dos empresarios por pagar al menos 150 mil dólares de sobornos a tres funcionarios de Pemex durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, cuando la petrolera estaba a cargo de Octavio Romero Oropeza, ahora a cargo del Infonavit.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, la Corte de Distrito de Texas imputó a Ramón Alexandro Rovirosa Martínez –un empresario al que la justicia estadunidense identifica por sus vínculos con cárteles mexicanos– y Mario Alberto Ávila Lizárraga de haber entregado productos de Louis Vuitton y Hublot, así como “pagos en efectivo” a por lo menos tres funcionarios de Pemex y de Pemex Exploración y Producción (PEP) entre 2019 y 2021, lo que les permitió recibir contratos públicos de al menos 2.5 millones de dólares.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos no reveló los nombres de los tres altos funcionarios de Pemex que recibieron los presuntos sobornos; en un comunicado publicado en la tarde de este lunes 11, la dependencia indicó que los dos imputados fueron acusados de delitos que entran bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés), por los cuales podrían pasar hasta cinco años en la cárcel.
Originario de Villahermosa, en Tabasco, Ramón Alexandro Rovirosa Martínez es dueño de varias empresas dedicadas al sector petrolero –incluyendo su grupo Roma Energy– y a la construcción, constituidas en Tabasco, y varias de ellas participaron en licitaciones de Pemex. Según el Departamento de Justicia, los pagos de sobornos estuvieron relacionados con contratos entregados a sus empresas; la institución informó que el empresario fue detenido hoy.
Mario Alberto Ávila, por su parte, es un personaje del panismo de la primera década de los años 2000; delegado de la Secretaría de Desarrollo Social en Campeche, y cercano a Juan Camilo Mouriño –el secretario de Gobernación de Felipe Calderón Hinojosa, quien falleció en la caída de su helicóptero en 2008–, el político compitió por la gubernatura de Campeche por el PAN en 2009.
Ávila fungió como subdirector de Mantenimiento y Logística en PEP durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, y fue inhabilitado en 2015 por irregularidades en torno al caso de corrupción de Oceanografía. Según la extinta Secretaría de la Función Pública (SFP), Ávila firmó a destiempo una adenda a favor de la empresa petrolera e incurrió en conflictos de interés al utilizar el avión de la empresa, a la que firmó contratos millonarios. Según el Departamento de Justicia, Ávila tiene residencia permanente en Estados Unidos pero “está prófugo”.
CIUDAD DE MÉXICO (apro) .- El fracking de Claudia Sheinbaum está programado para iniciar en 2026, de acuerdo con el Plan Estratégico 2025-2035 de Petróleos Mexicanos (Pemex).
El documento señala que la petrolera ha diseñado un escenario en el que, a finales de 2025, se pondrán en marcha dos programas piloto que serán evaluados a lo largo de 2026.
“Posteriormente, y tras obtener las autorizaciones respectivas, a finales de ese año se dará inicio, de manera secuencial, a las pruebas de concepto y programas”, detalla.
La petrolera, dirigida por Víctor Rodríguez Padilla, asegura que esta fase representa un riesgo “significativamente bajo” para el país.
Esto se debe a que, entre 2010 y 2019, bajo las administraciones de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón Hinojosa, Pemex perforó 25 pozos exploratorios para validar el concepto en cuencas como Sabinas-Burro Picachos y Tampico-Misantla, la primera en el norte de México, y la segunda en el noreste hasta llegar a Veracruz.
“El paso inmediato es la ejecución de programas de evaluación inicial (…) Estos pozos han permitido comprobar la viabilidad de tales yacimientos correspondientes a los periodos Jurásico y Cretácico, establecer producción comercial en 18 de ellos y calibrar los modelos para la estimación de recursos prospectivos”, añade el texto.
En cuanto a los resultados obtenidos en las áreas con aceite, los ritmos de producción se han ubicado entre 0.280 y 2 mil barriles diarios (Mbd), mientras que en las zonas de gas los flujos reportados han oscilado entre 1 y 12 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd).
“Una vez evaluado el potencial de un área con yacimientos de geología compleja, y tras la perforación y evaluación exitosa de pozos exploratorios que han validado el concepto, la etapa siguiente consiste en la realización de programas de evaluación inicial”, precisa Pemex.
Estos programas incluyen la perforación de varios pozos para caracterizar los yacimientos, optimizar su productividad y probar distintos diseños de perforación, con una expectativa de éxito comercial en más del 80% o 90% de los casos.
Pemex insiste en que estos yacimientos de geología compleja podrían revertir la caída de la producción nacional, como ha sucedido en Estados Unidos y actualmente ocurre en Argentina.
Participación del sector privado
De acuerdo con el plan, la aportación de estos yacimientos, que implican fracking, será modesta entre 2026 y 2028, pero se prevé que a partir de 2029 el volumen se incremente.
Esto dependerá de la participación activa del sector privado y de los empresarios que puedan aportar inversión, tecnología y capacidad operativa para sostener este tipo de proyectos.
“Cabe señalar que esta producción aún no está incluida en la cartera ni en el balance de líquidos y gas. Esta actividad se ha contemplado realizar a través de los esquemas contractuales vigentes, así como a través de contratos mixtos en aquellas áreas en las que actualmente no se tienen contratos de servicios o contratos de exploración y extracción”, sostiene el documento.
Actualmente, indica, la petrolera cuenta con 23 asignaciones en las cuencas que, además de yacimientos convencionales, incluyen potencial en formaciones de geología compleja y ya han abierto la puerta a la participación de empresas privadas.
“En cinco de estas asignaciones se han formalizado contratos de servicios que facultan a Pemex para ejecutar actividades de exploración y producción; dichos contratos corresponden a las asignaciones Olmos, Pitepec-Coyotes, Soledad, Amatitlán y Miahuapan. Asimismo, Pemex cuenta con un contrato de exploración y extracción en la asignación Miquetla, que le permite realizar actividades en asociación con un tercero”, concluye el plan.
Justificación del fracking
Según Pemex, México tiene alrededor de 64 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente, distribuidos principalmente en las cuencas de Tampico-Misantla, Sabinas-Burro Picachos y Burgos.
El país cuenta con “un potencial muy importante para la producción de hidrocarburos a partir de nuevos esquemas de desarrollo de gas y aceite en yacimientos de geología compleja”.
Por el tipo de materia “orgánica presente en las rocas generadoras, así como por su evolución geológica, la Cuenca Tampico-Misantla es más propensa a contener hidrocarburos líquidos, mientras que las cuencas de Sabinas y Burgos son más propensas a contener gas seco y localmente gas húmedo y aceite ligero”, se lee en el plan.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Para la Alianza Mexicana Contra el Fracking, la presidenta Claudia Sheinbaum “ha traicionado a sus votantes” por colocar al fracking como eje del Plan de Negocios de Pemex 2025–2035, estrategia que contradice de manera abierta los principios de sustentabilidad ambiental que la hoy presidenta defendió durante años, e incluso rompe con la política de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
En un posicionamiento público, dado a conocer en el contexto del anuncio de la mandataria, la organización expuso que el documento presentado por Petróleos Mexicanos utiliza un lenguaje “tramposo” para ocultar que la fractura hidráulica será uno de los pilares del nuevo modelo de exploración y extracción de gas en el país.
La palabra “fracking” no aparece, pero se disfraza bajo términos técnicos que aluden directamente a esta técnica.
De forma tramposa –denuncia la Alianza– omiten nombrarlo diciendo que estimularán yacimientos de geología compleja, en una estrategia para confundir y escudarse frente a la ciudadanía que hemos exigido por más de una década la prohibición de esta técnica que contamina y atenta contra todas las formas de vida.
Sheinbaum. Plan de Pemex, sin compromisos ambientales y riesgos para la salud pública. Foto: Eduardo Miranda
Para la organización, lo que Pemex plantea es una hoja de ruta “para la continuidad fósil, escrita bajo eufemismos y ocultamientos deliberados”. Se alude a “yacimientos de geología compleja”, “nuevos esquemas de extracción” y “plays no convencionales”, términos que son sinónimos técnicos de los yacimientos donde se aplica fracking.
Además, las referencias dentro del plan sobre experiencias en Estados Unidos y Argentina, el uso de tecnologías que “reducen el consumo de agua dulce”, y la necesidad de inversión privada ante los altos riesgos financieros de estos proyectos, son “señales inequívocas de que el fracking está de regreso”.
Afectaciones ambientales y a la salud
El pronunciamiento también precisa sobre los efectos graves que esta técnica puede desencadenar en el ambiente como en la salud humana.
La Alianza recordó que la exposición a contaminantes liberados durante el fracking, como metales pesados, hidrocarburos aromáticos, partículas finas, sustancias radioactivas y disruptores endócrinos, potencia la ocurrencia de enfermedades crónicas y daños irreversibles, incluso en dosis mínimas.
Estas toxinas se han vinculado con malformaciones congénitas, abortos espontáneos, cáncer, daños neurológicos y enfermedades respiratorias crónicas.
“Estos efectos son especialmente graves para niñas, niños, personas gestantes y adultos mayores, y se intensifican por la falta de regulación, monitoreo independiente y transparencia”, se lee en el comunicado.
Además de los impactos sobre la salud, el documento de la alianza sostiene que esta técnica deteriora el suelo, contamina acuíferos y cuerpos de agua superficiales, y contribuye a la emisión de metano, un gas de efecto invernadero con alta capacidad de agravar la crisis climática.
El riesgo, insistió, es inaceptable, más cuando se pretende escudarse bajo el discurso de “autosuficiencia energética”.
Estrategia “verde” sólo en el discurso
Pese a que el Plan Estratégico 2025–2035 de Pemex se presenta bajo el discurso de la “sustentabilidad energética”, la Alianza sostiene que en realidad profundiza un modelo extractivista.
Lejos de encaminarse hacia la transición energética, el documento apuesta por seguir explotando los recursos fósiles que ya existen y ampliar la capacidad de refinación, con el gas natural como pilar de ese plan.
“El documento refuerza la lógica de seguir extrayendo ‘lo que ya tenemos’, apostando por ampliar la refinación y el uso de gas fósil como pilar de la autosuficiencia energética, sin considerar sus impactos en la crisis climática ni en las comunidades”, señaló la organización.
En imagen, el derrame de hidrocarburo ocurrido el 21 de agosto del año pasado en la comunidad totonaca de Ojital Viejo, en Papantla, Veracruz. Foto: X/ @NoFrackingMx
También acusó que el documento omite por completo cualquier mención al derecho de las comunidades a ser informadas y participar en las decisiones que las afectan.
No hay referencias a los impactos socioambientales acumulados de la industria petrolera, ni a los mecanismos legales que permitan el acceso a información, la consulta o la participación pública, como lo establece el Acuerdo de Escazú, ratificado por México.
Fuera de los compromisos internacionales
En su posicionamiento, la Alianza Mexicana Contra el Fracking insistió en que la política energética del nuevo gobierno ignora las peticiones de organismos internacionales como la Agencia Internacional de Energía y la Organización de las Naciones Unidas, que han urgido a dejar atrás los combustibles fósiles para evitar un colapso climático.
El nuevo plan de Pemex, denuncian, se coloca en sentido contrario a las obligaciones jurídicas que los Estados tienen frente al cambio climático, como lo han establecido la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) en sus recientes opiniones sobre los derechos humanos y la emergencia climática.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Será bajo el mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum que Petróleos Mexicanos (Pemex) ejecute el mayor programa de fracking en su historia reciente, como parte de su estrategia para incrementar la producción de gas natural.
Se trata de una técnica altamente cuestionada en el mundo por su impacto ambiental y que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador buscó prohibir.
Ayer 5 de agosto, el gobierno de Sheinbaum presentó el Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex, con el objetivo de sanear sus finanzas incluyendo una reducción de 25% de su deuda y posicionarse en el mercado energético.
Una parte del plan consiste en apostar más por gas natural y crudo, en línea con su política de autosuficiencia energética.
“México es un país petrolero, no es un país gasero. Sin embargo, tiene un potencial muy importante de gas natural en recursos, tanto convencionales como recursos no convencionales. ¿Por qué no explotar todo el potencial?”, afirmó el director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, durante la presentación del documento.
El plan sostiene que México cuenta con un amplio potencial para incrementar la producción de hidrocarburos, especialmente a partir de yacimientos de geología compleja, donde se concentran recursos no convencionales como los que requieren fracking.
Según el documento, disponible en el portal oficial de la petrolera, se calcula que el país posee alrededor de 64 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente (MMbpce) en estas formaciones, ubicadas principalmente en las cuencas de Tampico-Misantla, Sabinas-Burro Picachos y Burgos.
En el plan se lee:
México puede ampliar la producción de gas natural porque tiene un gran potencial. Como es maximizar la producción de los campos existentes de gas, potenciar los programas de producción mediante contratos mixtos, desarrollar áreas convencionales y de frontera con alto potencial.
El documento considera que Pemex espera alcanzar una producción de cuatro mil 700 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) de gas natural, con un máximo de cinco mil MMpcd en 2028.
Para lograrlo, la estrategia exploratoria se enfocará en las Cuencas del Sureste, en su porción terrestre y marina, así como en la Cuenca de Veracruz.
Destaca especialmente la Cuenca de Burgos–Tampico-Misantla, donde existen yacimientos de geología compleja, como gas seco, gas húmedo y aceite ligero, además de formaciones de baja permeabilidad, lo que indica una orientación clara hacia el uso de fractura hidráulica.
“Reactivar la viabilidad del potencial de yacimientos de baja permeabilidad”, también se lee en el documento.
En la Cuenca de Veracruz se identificaron recursos de gas y condensado, gas no asociado, además de una continuidad geológica en la Plataforma de Córdoba y el borde arrecifal hacia el sureste.
El Golfo de México aporta con aceite ligero y gas en plays probados del Terciario, Mioceno, Oligoceno y Eoceno subsalinos, y las Cuencas del Sureste concentran aceite, gas y condensado en plays (zonas geológicas con petróleo o gas) Mesozoicos, Terciarios y subsalinos, así como en plays hipotéticos como el Oxfordiano en el área terrestre.
“Por el tipo de materia orgánica presente en las rocas generadoras, así como por su evolución geológica, la Cuenca Tampico-Misantla es más propensa a contener hidrocarburos líquidos, mientras que las cuencas de Sabinas y Burgos son más propensas a contener gas seco y localmente gas húmedo y aceite ligero”, señala el análisis técnico.
Rodríguez Padilla. “Potenciar los programas de producción mediante contratos mixtos”. Foto: Montserrat López
Pemex sostiene que este tipo de yacimientos no convencionales podrían ser clave para revertir el declive productivo que enfrenta el país desde hace más de una década. Como referencia, menciona los casos de Estados Unidos y Argentina, donde el fracking ha transformado sus mercados energéticos, “si se establecen esquemas de ejecución que favorezcan la inversión privada en la exploración y explotación de estos recursos”.
Tres ejes para una nueva era extractiva
La estrategia exploratoria de Pemex está sustentada en una serie de objetivos extractivos: primero, materializar el potencial remanente de los plays convencionales. Para ello, se continuará con la adquisición y procesamiento sísmico de última generación, lo que permite detectar estructuras a profundidades de hasta ocho mil metros.
Segundo, se investigarán nuevos conceptos exploratorios en áreas alejadas o con modelos geológicos hipotéticos. También se solicitan nuevas asignaciones para fortalecer el portafolio exploratorio, especialmente en áreas subexploradas o con mayor riesgo, pero también mayor recompensa geológica.
Así como retomar la evaluación e incorporación de áreas con yacimientos de geología compleja y frontera. Se ejecutarán proyectos en zonas prioritarias y se evaluarán nuevos esquemas de contratación con terceros para compartir riesgos técnicos y financieros.
Y se dará prioridad a tirantes profundos y zonas remotas buscando evitar que Pemex asuma todos los riesgos en solitario.
La batalla de AMLO contra el fracking
Sin embargo, el impulso del fracking de la presidenta Sheinbaum choca de frente con el legado “ambientalista” del expresidente Andrés Manuel López Obrador. En 2024, durante su último año de gobierno, presentó una iniciativa de reforma constitucional orientada a garantizar el derecho a un medio ambiente sano, a la alimentación y al agua. En ese paquete incluyó una propuesta de prohibición expresa al uso del fracking con agua como fluido base.
Entre los objetivos de la iniciativa destaca el de “impedir prácticas que dañan el medio ambiente y la salud de la población mediante la prohibición de las actividades de minería a cielo abierto y del fracturamiento hidráulico (fracking) con agua como fluido base, para la extracción de hidrocarburos”.
Manifestación de 2023. Foto: Regina López / AMCF
La reforma planteaba modificar el párrafo séptimo del artículo 27 constitucional para frenar cualquier posibilidad de otorgar contratos que autoricen este tipo de extracción, tanto para hidrocarburos líquidos como gaseosos.
¿Qué es el fracking y por qué genera tanta controversia?
La técnica consiste en perforar un pozo vertical hasta alcanzar la formación rocosa que contiene gas o petróleo. Luego, se realizan perforaciones horizontales que pueden extenderse varios kilómetros a través de la lutita.
A través de estos ductos se inyecta a presión una mezcla de agua, arena y sustancias químicas, lo que detona la fractura de la roca y permite liberar los hidrocarburos atrapados en sus poros.
De acuerdo con la Alianza Mexicana contra el Fracking, el proceso tiene un problema estructural, la producción no se mantiene constante:
Este flujo disminuye muy pronto, por lo cual es necesario perforar nuevos pozos para mantener la producción de los yacimientos. Por ese motivo la fracturación hidráulica conlleva la ocupación de vastas extensiones de territorio.
Los impactos ambientales también son significativos. Uno de los más preocupantes es el uso intensivo de agua. Para fracturar un solo pozo se requieren entre nueve y 29 millones de litros de agua; una demanda insostenible en estados como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, donde la disponibilidad hídrica ya es limitada.
Además existe un riesgo comprobado de contaminación. En Estados Unidos se han documentado más de mil casos de afectaciones a fuentes de agua vinculados directamente con el fracking.
Fracking. Ambicioso plan para salvar a Pemex. Foto: Facebook / Alianza Mexicana contra Fracking
Se han identificado al menos 750 sustancias químicas diferentes en los fluidos utilizados, entre ellas productos altamente tóxicos como metanol, benceno, tolueno, etilbenceno y xileno.
También hay efectos sobre la salud. De acuerdo con la Alianza, al menos 25% de los compuestos empleados pueden causar cáncer o mutaciones genéticas, 37% afectan el sistema endocrino, 40% pueden generar alergias y 50% dañan el sistema nervioso.
Durante el proceso de extracción se emiten importantes cantidades de gases de efecto invernadero; 90% de las emisiones corresponde a metano, un gas con un potencial de calentamiento global hasta 80 veces superior al dióxido de carbono.
También se liberan otros contaminantes como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles.