Autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) rescataron el pasado 19 de diciembre a un león de aproximadamente dos años que permanecía amarrado a un árbol en un predio agrícola de Ixtlán del Río, Nayarit. El ejemplar fue localizado en condiciones deplorables dentro de un cultivo de agave, presentando heridas severas en el cuello causadas por el constante roce de las cadenas.
El hallazgo más alarmante para los especialistas fue la confirmación de que al felino le habían extirpado las garras, una práctica conocida como desungulación que equivale a la amputación de la última falange de los dedos en humanos. Esta mutilación no solo le genera un dolor crónico incapacitante, sino que le impide realizar funciones naturales básicas como escalar, marcar territorio o defenderse, marcando un caso grave de maltrato animal.
Tras el aseguramiento, el león fue trasladado a un centro especializado donde recibe atención médica urgente para tratar sus lesiones y evaluar las secuelas emocionales de su cautiverio. La Profepa ya inició una investigación para identificar a los responsables y determinar si el animal contaba con documentación legal, aunque su estado físico sugiere una tenencia irregular y violenta.
Cabe recordar que, aunque la venta de grandes felinos es legal en México bajo la Ley General de Vida Silvestre, los propietarios están obligados a registrar a los ejemplares y garantizar instalaciones dignas. Este incidente se suma a otros rescates recientes, como el de cuatro leones en Ixtapan de la Sal en septiembre pasado, subrayando la urgente necesidad de supervisar el manejo de fauna silvestre en predios privados del país.