El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció este lunes un incremento temporal y significativo en el incentivo económico para los migrantes indocumentados que opten por la salida voluntaria del país. Bajo la administración de Donald Trump, el denominado “bono de salida” se ha triplicado, pasando de 1,000 a 3,000 dólares, además de incluir el costo total del vuelo de regreso al país de origen.
Esta medida, vigente exclusivamente hasta el 31 de diciembre de 2025, busca acelerar las cifras de autodeportación antes del cierre de año, permitiendo que personas sin antecedentes penales eviten el arresto forzoso y la prohibición permanente de reingreso que conlleva una deportación judicial. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, calificó la oferta como un “regalo de Navidad” que facilita el retorno ordenado de quienes se encuentran ilegalmente en el país, advirtiendo que a partir de enero de 2026 los operativos de detención se intensificarán drásticamente.
Para acceder a este beneficio, los interesados deben registrarse a través de la aplicación oficial CBP Home, donde deberán declarar su “intención de salida” y proporcionar datos personales, incluyendo reconocimiento facial y ubicación por GPS para verificar su partida definitiva. El gobierno federal estima que esta estrategia genera un ahorro del 70 por ciento en comparación con los costos de los procesos de remoción forzada, los cuales implican gastos legales y de custodia prolongados.
No obstante, diversas organizaciones de derechos humanos y abogados de inmigración han alertado que aceptar este bono podría ser una “trampa” legal, ya que la ley actual impone castigos automáticos de hasta 10 años sin poder regresar a Estados Unidos para quienes han acumulado presencia ilegal, independientemente de si la salida fue voluntaria. Hasta la fecha, el DHS reporta que cerca de 1.9 millones de personas han abandonado el país bajo esquemas de retorno voluntario desde el inicio del actual mandato.