En AméricaLatina, el rugbyfemenil está dejando de ser una excepción. Solo en Argentina, el número de jugadoras creció un 121% en los últimos 5 años, alcanzando 6,084 mujeres registradas hasta finales de 2019, según datos de la Uniónde Rugby de Mar del Plata.
En Colombia, Las Tucanes se ha clasificado al repechaje mundialista y ha ganado títulos sudamericanos en 3 ocasiones (2019, 2020 y 2023). Ahora, México se suma a este impulso regional con el primer TorneoInteruniversitario de Iberdrola México-DestElla.
El torneo arrancó en la CiudaddeMéxico, donde las Pumitas de la UniversidadNacional Autónoma de México (UNAM) quedaron en un primer lugar frente a JaguaresCUI, de la UniversidadIxtlahuaca; Tigritas, de la UniversidadAutónoma de Nuevo León (UANL); Lanceras, del ConalepLerma; y Búfalas, representando a la UNAM.
Según datos de la Unesco, el 49% de las adolescentes abandona el deporte durante esta etapa de la vida, cifra que representa una tasa 6 veces mayor que la de los varones.
La falta de modelos femeninos, preocupaciones sobre seguridad, baja autoestima y presión por la imagencorporal, son algunos de los factores que complejizan este panorama. El programa DestElla nace para combatir esa realidad, según explica la directora de Comunicacióny Responsabilidad Social de Iberdrola México, Paola Martínez.
“Para utilizar el deporte como una herramienta para empoderar (a las deportistas) (…) Necesitamos mujeres que sean referentes y que sepan, dentro y fuera de la cancha, que pueden lograr todo lo que nos propongamos”, apunta.
DestElla: visibilidad y empoderamiento
Desde su lanzamiento en 2024, y en alianza con la FederaciónMexicana deRugby, DestElla ha beneficiado a más de 4 mil personas mediante 125 activaciones realizadas, que incluye desde la formación de entrenadoras, la entrega de material hasta el apoyologístico a equipos emergentes.
Sobre ese impulso, la entrenadora y primera mexicana en arbitrar un TestMatch, Ana Trejo, confirma que “DestElla ha sido un parteaguas para el rugbyfemenino en México”.
“Nos ha dado visibilidad, uniformes, entrenadoras, torneos. Sin este tipo de apoyo, muchas de nosotras no estaríamos aquí”, destaca minutos antes de iniciar el torneo que involucró a jugadoras de estados del centro y norte del país.
Transformación en primera persona
Hace 8 meses, Vale, de 23 años, estudiante del CUIIxtlahuaca, apenas conocía el rugby; en su segundo partido, pasó de ser la estudiante que se sienta hasta el fondo a una jugadora más extrovertida.
“Entrando aquí al equipo con mi segunda familia (…) He conversado más con las compañeras, se me ha quitado la pena (…) Ahorita al estar hablando, sí, se me traba la lengua, pero de ahí afuera yo soy una conversadora”, cuenta.
Además, comenta que, siendo parte de este equipo, ha logrado romper estigmas.
“Las mujeres no solamente somos esa debilidad que muchos creen, esa fragilidad. Somos más que eso”, subraya.
Por su lado, Zoe, seleccionada nacional, también relata que, entre todas, han aprendido a encontrar, en este deporte, un espacio seguro.
“Ahí te ves en el suelo con tu compañera y de repente te agarra la mano y te dice: ‘Vámonos’. O sea, levántate y sigue, ¿no? Y en conjunto con las demás agarramos fuerza y seguimos para adelante”, desarrolla.
Desde lo simbólico hasta lo estructural, el rugbyfemeninouniversitario en México es una trinchera donde se disputa algo más que un trofeo: el derechode las mujeres a pertenecer, jugar y ser vistas.