El Comando Sur de Estados Unidos (SouthCom) ejecutó este lunes 22 de diciembre un “ataque cinético letal” contra una embarcación de bajo perfil en aguas internacionales del Pacífico oriental, resultando en la muerte de una persona calificada por el Pentágono como “narcoterrorista”. Bajo la dirección de Pete Hegseth, secretario de Guerra, la Fuerza Operativa Conjunta Lanza del Sur interceptó y destruyó el navío tras asegurar, mediante informes de inteligencia, que era operado por organizaciones terroristas designadas y transitaba por rutas críticas de narcotráfico.
A través de un video de 27 segundos difundido por las autoridades, se observa cómo la lancha es blanco de ráfagas de disparos y una explosión final que la consume en llamas, en una operación que, según Washington, no dejó heridos entre las filas estadounidenses pero que carece, hasta el momento, de pruebas adicionales sobre el cargamento interceptado.
Esta acción bélica se produce en un clima de extrema hostilidad regional, marcado por el despliegue militar de Estados Unidos en el Mar Caribe y las recientes incautaciones de buques petroleros vinculados al gobierno de Venezuela. En este contexto de “máxima presión”, el presidente Donald Trump anunció la construcción inmediata de dos acorazados que darán inicio a la nueva “clase Trump”, con una proyección de hasta 25 unidades adicionales, además de portaaviones y una docena de submarinos de nueva generación.
El reforzamiento de la presencia naval en ambos océanos y la política de ataques directos a embarcaciones sospechosas subrayan una escalada en la estrategia de defensa de Washington, que busca asfixiar las rutas de financiamiento de regímenes sancionados y cárteles transnacionales antes del inicio del año 2026.