Latinos enfrentan un dilema migratorio para asistir al Mundial de Clubes

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Ir o no al estadio o a un bar para ver los partidos del Mundial de Clubes que arranca en EUA el 14 de junio se ha convertido en un dilema para la comunidad latina ante el clima de miedo que ha impuesto, incluso entre residentes y ciudadanos estadounidenses, el Gobierno de DonaldTrump con sus agresivas deportaciones y redadasmigratorias.

“Creo que la represión migratoria de la Administración Trump va a hacer que sea muy difícil que la gente se sienta segura a la hora de asistir a estos partidos”, explica a EFE Cristóbal Ramón, asesor jefe en inmigración de Unidos US, la mayor organización de derechos civiles de la comunidadlatina en EUA.

A falta de 4 días para que arranque el campeonato, el debut del RealMadrid ante el Al-Hilal el 18 de junio en Miami tiene sin vender, según la plataforma Ticketmaster, más de 4,500 entradas.

Esa cifra puede resultar hasta lógica si se tiene en cuenta que la butaca más barata está en 288 dólares. Sin embargo, salta a la vista que para el cruce inaugural del día 14 entre el Interde Miami de LeoMessi y el Al-Ahly hay más de 3,400 localidades aún a la venta, un número destacable teniendo en cuenta que las hay disponibles a partir de 47 dólares. 

Algo parecido sucede en los partidos del RoseBowl de Pasadena, en el condado de LosÁngeles, donde hay más de 2,500 entradas sin vender para presenciar el 15 de junio el duelo entre el Atléticode Madrid y el flamante campeón de Europa, el París Saint-Germain.

Tampoco hay cartel de agotado para ver a los de LuisEnrique enfrentarse al Botafogo 4 días más tarde en ese mismo estadio, pese a que la entrada más barata sale por 33 dólares, una cifra tremendamente asequible para un eventodeportivo de estas características en un país como EUA.  

Temor generalizado

Una reciente encuesta de Unidos US muestra que casi la mitad (49%) de los votantes latinos considera que las políticasde deportación de la administración Trump “los ponen en riesgo a ellos, a sus familiares y/o amigos” y que el 43% cree que mucha gente “teme que las autoridadesmigratorias las arresten, incluso si son ciudadanos estadounidenses o tienen estatus migratoriolegal”.

Las cifras dan muestras del pavor que se extiende entre la comunidad, incluso aunque las batidas estén supuestamente enfocadas solo en deportar o expulsar a gente en situación no regularizada en Estados Unidos.

El caso es que las acciones del Gobierno de Trump hablan por sí solas: su Administración, que ha expulsado sin el debido proceso a migrantes a terceros países como ElSalvador o Sudán del Sur, retiró recientemente protecciones temporales que permitían vivir y trabajar de manera transitoria en EUA a casi un millón de personas procedentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua o Haití.

A eso hay que sumar los operativos en LosÁngeles o las detenciones que el Servicio de Control deInmigracióny Aduanas (ICE) está realizando en los tribunales, en los que muchos migrantes deben personarse para las deliberaciones sobre sus solicitudes de estadía en el país.

Estados Unidos, destino menos atractivo para viajar

Ramón cree además que la situación actual también afecta a ciudadanos latinoamericanos que quieran visitar el país para asistir al Mundial deClubes, más aún después de que esta semana Trump prohibiera la entrada a personas de 12 países y limitara visados a venezolanos o cubanos.

De hecho, las políticas migratorias están teniendo ya efectos visibles en una potencia turística como EUA, con una caída de las visitas internacionales del 14% interanual en marzo, último mes para el que existen cifras del Departamentode Comercio, que reporta descensos que van del 25% al 10% en lo que respecta a viajeros procedentes de Asia, Latinoamérica y Europa Occidental.

La actual situación, cree Ramón, promete afectar además a la asistencia a la Copadel Mundo del año que viene que también acoge Estados Unidos.

Es más, podría llegar a afectar también a los numerosos trabajos en infraestructura o acondicionamiento de estadios que hay en marcha para la cita de 2026 vistas las agresivas redadas que ICE ya ha comenzado a acometer sobre el sectorde la construcción -donde el 25% de los trabajadores en Estados Unidos son inmigrantes– en estados como Florida.