Celia Maya, magistrada presidenta electa del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), y Bernardo Bátiz, también magistrado electo, afirmaron que ese nuevo organismo en funciones a partir de septiembre, no será para perseguir a jueces, sino para vigilar que se porten bien.
“La disciplina va a cuidar que se porten bien, que tengan buena conducta, no va a ser una revisora de sentencias. Nada más que traten bien a su personal, que traten bien a los litigantes, al público, a los ciudadanos, y que su fortuna no sea inexplicable, eso es lo que vamos a ver, nada de Santa Inquisición”, aseveró Bátiz y Vázquez.
El actual consejero de la Judicatura Federal afirmó que los nuevos juzgadores tendrán que cuidar el respeto a los derechos humanos de las personas, incluidos los presuntos delincuentes.
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“Y por supuesto que los delincuentes también tienen derechos, el que sea llevado a un tribunal, también tiene derecho a la defensa, que se les diga de qué se le acusa”, afirmó.
Por su parte, Celia Maya, dijo que el trabajo del Tribunal será “ver si están atendiendo (sus asuntos), si están asistiendo a su juzgado, si están conduciendo con atención y con dignidad a la gente en general, a todos los justiciables”.
Afirmó que si bien el Tribunal podrá hacer investigaciones de oficio contra juzgadores, “será porque algo llama la atención, que salta de que no está bien, porque hay alguna información de que no está bien, pero de ninguna manera el tribunal es un tribunal de persecución”.
Finalmente, Bernardo Bátiz, quien admitió ser militante de Morena y creyente de la cuarta transformación, afirmó que ello no impacta en su independencia al momento de ejercer el control judicial.
“La independencia de cada juzgador no está condicionada a nada, depende de cada quien, si es asustadizo, si teme amenazas y teme a represalias, no es buen juez; si vende su sentencia es peor, es un corrupto, la independencia depende de cada uno”, aseveró.