El cantante de música regional mexicana, Luis R. Conriquez, reveló recientemente que debió pagar una sanción de 850 mil pesos tras interpretar un narcocorrido durante una presentación en la ciudad de Chihuahua. Durante una entrevista con el empresario Melo Montoya, el artista explicó que las autoridades municipales le advirtieron explícitamente sobre las consecuencias legales y financieras de incluir este tipo de temas en su repertorio; sin embargo, ante la insistencia y la presión de sus seguidores presentes en el concierto, decidió cerrar su espectáculo con uno de sus éxitos más polémicos.
El intérprete detalló que el pago de la multa fue inmediato y subrayó que la regulación local establece que el cobro se realiza por cada canción que sea considerada como apología del delito, lo que representa un alto riesgo económico para los exponentes del género.
Las situación de Conriquez pone de manifiesto la creciente tensión entre la popularidad del subgénero y las estrictas normativas vigentes en diversos estados del norte de México, donde se busca desincentivar letras vinculadas a grupos criminales. El artista criticó lo que considera una doble moral en la censura, comparando las restricciones que enfrenta la música en vivo con la libertad de la que gozan las producciones televisivas sobre narcotráfico.
Asimismo, recordó incidentes previos en lugares como Texcoco, donde la decisión de no cantar corridos por temor a represalias legales y arrestos de su equipo derivó en agresiones por parte del público. Con esta anécdota, el cantante reafirmó que la demanda de sus fanáticos continúa superando las barreras regulatorias, obligando a los artistas a decidir entre la estabilidad financiera o el cumplimiento de las peticiones de su audiencia.