Hoy, Denise Dresser aborda la estrategia del gobierno federal de manipular las cifras para evitar que se exhiba la imagen brutal de la realidad en México en materia de desapariciones.
La analista compara estas medidas con tratamientos estéticos que implican borrar las arrugas estadísticas, disimular cicatrices forenses y tensar los números de la tragedia.
Dresser considera que la aplicación del botox para inmovilizar el gesto, pero no curar la enfermedad, viene desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y su obsesión con lograr números que no fueran tan peores como los de Felipe Calderón.