Verlas es un privilegio, cuidarlas una responsabilidad de los visitantes. Las luciérnagas aparecen cada verano, en temporada de lluvias, entre junio y agosto, iluminando los bosques mexicanos con su luz natural.
Este fenómeno se puede observar cerca de la Ciudad de México, en lugares como Nanacamilpa, en Tlaxcala, o Amecameca, en el Estado de México.
Su luz es producto de un proceso llamado bioluminiscencia, una reacción química en su abdomen que no genera calor y que utilizan principalmente para reproducirse, aunque también les sirve como defensa frente a los depredadores.
Los machos emiten destellos de luz para atraer a las hembras, quienes responden con sus propias señales luminosas para indicar su disposición. Las hembras ponen sus huevos en lugares húmedos y protegidos, debajo de hojas o en el suelo.
En el mundo existen más de dos mil especies de luciérnagas, y en México se han registrado alrededor de 280, muchas de ellas endémicas, únicas del país.
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Sin embargo, algunas poblaciones han comenzado a desaparecer debido a la deforestación, el uso de pesticidas y la contaminación por luz artificial. Si visitas un santuario, no uses luces, utiliza cámaras sin flash y evita usar repelentes.
Sigue las indicaciones del guía y respeta el entorno.
Tips para fotografiarlas: cámara profesional con tripié, impermeable para la cámara y ajustar el enfoque manual antes de que obscurezca, tiempo 30 segundos, 2.8 apertura y un ISO de 800 (aproximadamente).
Con celulares utilizando un tripié para sostenerlo y poder ajustar el tiempo a 30 segundos. El enfoque es automático. Ambas sin flash.